En esta nota te contamos los efectos positivos de la resiliencia.
Por Helena Hensel y Renata Straccia
El hombre no es el simple producto o consecuencia de lo que lo rodea, puede lograr superarse y sobreponerse a situaciones difíciles y salir fortalecido. Este es el concepto que llamamos resiliencia, y que nos habla de la capacidad de superar o adaptarse a las situaciones adversas de la vida. Sin embargo la idea de la resiliencia ha sufrido cambios desde la década del setenta, si bien esta palabra existe desde hace mucho tiempo no se había estudiado en profundidad hasta nuestros días.
Su significado es realmente amplio, por eso hasta hoy se le hacen modificaciones. Al ser una idea abstracta ha dado mucho de qué hablar en la psicología. El psicólogo Emily Hunter en 1999 define a la resiliencia como un continuo entre dos polos: «resiliencia menos que óptima» y «resiliencia óptima». En el caso de los adolescentes, estos responden de manera menos óptima, este tipo de respuesta puede incluir «tácticas violentas de supervivencia, comportamientos de alto riesgo y abandono social y emocional», y el pronóstico a futuro es que sean adultos mal adaptados.
Por otra parte, el psiquiatra y psicoanalista Boris Cyrulnik propagó este concepto que sacó de los escritos de John Bowlby. Para él resiliencia es «un término que se usa para hablar de la resistencia de los materiales que se doblan pero vuelven a su forma original. Como el papel o un arco a la hora de soltar una flecha. Cuando una persona o grupo tiene la capacidad de hacerlo, se dice que tiene una resiliencia adecuada y puede sobreponerse a contratiempos y salir fortalecido de dicha situación. Actualmente, la resiliencia se aborda desde la psicología positiva, la cual se centra en las capacidades, valores y atributos positivos de los seres humanos, y no en sus debilidades y patologías, como lo hace la psicología tradicional.
El infierno en los andes
Un buen ejemplo de resiliencia es la denomiada Tragedia de Los Andes. El día viernes 13 de octubre de 1972 un avión uruguayo con 40 pasajeros –de los cuales 19 eran jugadores de rugby y los restantes familiares y amigos–, tenían como destino llegar a Chile donde jugarían un muy importante partido para el equipo. Los 16 sobrevivientes de esta tragedia cuentan lo emocionante que era aquel viaje para ellos. Más allá de toda la emoción de jugar este partido tan decisivo, el viaje a Chile incluiría salidas, paseos de compra, y diversión.
En pleno vuelo hacia Chile, los pasajeros iban cantando y jugueteando entre sí con toda la emoción encima. En eso estaba cuando comenzaron las primeras turbulencias. En principo creyeron que se trataba de algo habitual, incluso estas provocaron chistes entre algunos de ellos. Hasta que de repente las turbulencias aumentaron su intensidad y los pasajeros comenzaron a sentirse asustados. Desde las ventanillas del avión vían como la nieve, por la cercanía, comenzaba a cegarles los ojos. De pronto, el grito del piloto al copiloto: «DAME POTENCIA», sembró el temor que en cuestión de segundos invadió el corazón de todos los pasajeros, que veían como la aeronave se acercaba cada vez más a la montaña, contra la que finalmente tocó la parte trasera del avión.
❝Esta historia tiene dos visiones opuestas totalmente diferentes, esta la visión de la tragedia, de las muertes, del sufrimiento, es una visión dura , fuerte una historia triste; y despues que entras en la historia, empiezas a ver otra cantidad de cosas, valores del ser humano , fuerza para sobrevivir la ayuda del uno al otro la compasión que te nace para ayudar al que está más necesitados❞
(Adolfo Strauch, sobreviviente).
Según contaron los sobrevimientes, el momento previo al impacto duró entre 40/50 segundos pero se sintió tan lento que uno de ellos, proveniente de familia católica, empezó tres rezos para no morir, mientras otros gritaban por su vida y otros se aferraron al asiento frente a ellos con la cara en blanco, sin saber cómo reaccionar.
Tras el impacto y el desprendimiento de la cola del avión, en un abrir y cerrar de ojos, la muerte, los gritos y la desesperación se adueñaron de la escena. Asientos arrancados, muertos, heridos de gravedad, se veían por todos lados. «Parecía el infierno», contaron. Durante la primera noche, fallecieron cuatro personas debido a las gélidas temperaturas y sus graves heridas. En las semanas posteriores, murieron doce más.
❝Yo lo veo más como una historia en positivo que como una historia dramática, no puedo quedarme en el drama de los 29 que murieron. Triunfó la vida gracias a que yo estoy vivo, hay siete más; tengo dos hijos, cinco nietos. Sí, yo la veo como una historia positiva❞.
Carlos Paez Rodriguez, sobreviviente.
El tiempo corría y los sobrevimientes no tenían noticias del rescate. El frío intenso y la escasez de víveres los hacía pensar en que iban a morirse de hambre o frío. Luego de cinco días de infructuosa espera, uno de los sobrevivientes propuso la idea de alimentarse con la carne de los cuerpos de aquellos que habían perdido la vida. No les quedaba otra opción, debían hacerlo para sobrevivir.
Los dieciséis sobrevivientes sufrieron daños extremos, como el frío, la sed y el hambre. Cuando el clima mejoró con la proximidad del verano, el 12 de diciembre Nando Parrado y Roberto Canessa escalaron un pico montañoso de 4650 metros sin ningún equipamiento y caminaron hacia Chile, donde se encontraron con el arriero Sergio Catalán, quien posibilitó su rescate el 21 de diciembre, tras recorrer unos 38 km. El 23 de diciembre de 1972, 72 días después del accidente, se rescató al último de los sobrevivientes, quienes a 50 años de aquella tragedia suelen remarcar el lado resiliente de esta historia.
❝Fuimos plenamente felices solo por estar vivos por vivir solo una hora más. Tu asiento era un muerto, tu mesa, un muerto, estabas rodeado de muerte, pero había vida y ésta le ganó a la muerte. Todo lo que nos ocurría era horrible pero había esperanza y eso en mi parecer fue lo más importante como conclusión para la historia❞ Gustavo Zerbino sobreviviente (entrevista mi país)
Gustavo Zerbino, sobreviviente
Diálogo con una especialista
Después de analizar bien el tema resiliencia, y haber tenido el ejemplo y varias charlas de personas resilientes. Decidimos hacerle una entrevista a la psicóloga Mariza Ortega sobre el tema planteado y esto fue lo que nos dijo.
–¿Podés definirnos que es para vos la resiliencia?
-La resiliencia es la capacidad que tiene alguien de superar una situación problemática pero agregando el hecho de aprender de eso, saliendo fortalecido de esa situación.
-¿Son todas las personas capaces de ser resilientes?
-Se piensa que sí. De todas maneras, es más complicado ya que está condicionado por otras cosas. Digamos que potencialmente todos pueden ser resilientes, ya que se puede aprender a serlo. En la actualidad no se cree que sea algo innato, sino que las personas lo aprenden del entorno. Por ejemplo, si tienen padres resilientes, o si viven en una comunidad resiliente. Hay que ser muy flexible y saber adaptarse para poder ser resiliente.
-¿A la hora de diagnosticar o reconocer un trauma se lo identifica por la gravedad de este o por cómo afecta a la persona?
-En como afecta a la persona. Hay eventos que son potencialmente traumáticos, que se los denomina en psicología ‘Trauma’, con T mayúscula. Por ejemplo, todos suponemos que una persona víctima de un tsunami debería estar traumatizada, sin embargo hay gente que lo lleva mejor y hay gente que vive con ello toda la vida. Sin embargo, hay situaciones que no son traumáticas para todos pero si son para otras personas, y a estos se los denomina ‘trauma’, con t minúscula. El trauma siempre es subjetivo ya que el trauma es la falta de nuestro cerebro de dar una respuesta adaptativa a una crisis.
-¿Se estima una cantidad determinada de tiempo para superar un trauma?
-Depende la persona y el trauma, de todas maneras se estima un tiempo aproximado: para algunos son tres meses; o un duelo pueden llevar unos seis meses o incluso un año, según se estima.
-¿Esto puede cambiar dependiendo de las edades de los pacientes?
-Sí, es el tiempo que le lleva a tu cerebro poder superarlo, por eso siempre es un tiempo diferente en cada momento de nuestra vida. Hay personas psicológicamente más fortalecidas. Por ejemplo, si tuvimos una crianza con fortaleza psicológica seguro vamos a tener más recursos y lo afrontaremos más rápido y ¨mejor¨ que una persona vulnerable.
-¿Qué le recomiendas hacer a una persona que sufre una experiencia traumática además de terapia?
-Primero que nada si alguien paso por una experiencia traumatica lo primero que se necesita es apoyo, no es solamente un psicólogo, aunque hay teorias psicológicas que se basan específicamente en el trauma, por ejemplo «emdr» (Eye Movement Desensitization and Reprocessing) es una psicoterapia innovadora para nosotros. Viene de Estados Unidos desde los años 80. Fue una terapia que se utilizo para los combatientes de Vietnam, se trabaja especificamente en el trauma. Es decir hay corrientes que trabajan especificamete con el trauma, hoy en dia esta psicoterapia se utiliza para personas que pasaron por las experiencias traumáticas, con T mayuscula y con t minuscula. Ademas el contexto es sumamente importante, que uno pueda estar rodeado de afecto y tenga recursos externos en los cuales pueda apoyarse.