Los problemas que enfrentan los jóvenes al momento de elegir lo que quieren para su futuro

Por Sol Wloch
Al momento de elegir una carrera universitaria, estudios superiores, un trabajo, es decir aquello que asociamos a nuestro futuro, se presenta siempre el debate, tanto externo como interno, sobre qué es lo más importante o más conveniente para nosotros. ¿Elegimos algo que nos pueda dar seguridad económica o un camino que se vincule mejor con nuestras intereses y pasiones, pero que tal vez sea algo “arriesgado”?
Seguramente alguna vez escuchaste a alguien diciendo: «eso no te va a dar de comer” o “si estudias eso vas a vivir abajo de un puente”. Existe un gran porcentaje de personas que frente al temor por la inseguridad económica o por prejuicio sobre cierto tipos de carreras, eligieron las consideradas «carreras seguras”, priorizando los aspectos económicos y dejando de lado lo que de verdad les gustaba.
Gran parte de los adolescentes que están en este punto donde deben elegir su carrera son perjudicados por ese tipo de comentarios ya sea de parte de su familia, los medios de comunicación o gente externa. Esta situación, que muchas veces termina con elecciones de carreras no deseadas, puede afectar psicológicamente a las personas que no logran en la elección forzada una verdadera motivación, lo que puede implicar falta de vocación para el trabajo, infelicidad e incluso depresión.
Al preguntarle a un grupo de jóvenes, de entre 19 y 25 años, sí habían vivido una experiencia así o conocen a alguien que la haya vivido, la mayoría respondió que sí. Entre los comentarios que estas personas recibieron en ese momento de la elección, éstos escucharon frases como: «Esa carrera está bien, pero lo podes dejar como un hobbie y estudiar algo más seguro»; «de esto no vas a poder vivir, o no te va a dar de comer»; «te vas a tener que buscar otro trabajo para ganar plata»; «si estudiás eso vas a terminar abajo de un puente»; «esa elección es algo muy arriesgado», «esa carrera no vale la pena»; «del arte no vas a poder vivir».
En esos momentos claves de la elección, los adolescentes suelen escuchar todo tipo de opiniones de familiares o gente cercana. La pregunta ¿qué vas a estudiar?, dicha incluso con las mejores intenciones, genera mucha presión en la elección. Entre los jóvenes consultados, hubo quienes admitieron haber elegido sus carreras por la cuestión económica, sin embargo ahora están en contra de que otros jóvenes elijan su futuro por estas mismas razones, lo que pone en evidencia algún grado de arrepentimiento.
Entre los consultados, algunos dijeron haber elegido lo que verdaderamente les gustaba y ser felices estudiando y llevándolo a la práctica. «Prefiero hacer lo que me gusta y ser feliz, a vivir frustrado por hacer toda mi vida algo que no me apasiona”.
Ante la pregunta ¿qué le dirías a adolescentes que no se animan a seguir lo que les gusta por este miedo? La mayoría sostiene que lo mejor es «arriesgarse a elegir lo que a uno le gusta, y luchar por alcanzar las metas, sin escuchar las voces externas; sencillamente, hacer lo que nos hace feliz».